lunes, 16 de noviembre de 2009

Sentencias desde el lado oscuro.

Mucho sol es mucho sol.

Demasiado sol es demasiado.

Fuiste como viniste y te trajiste lo que pudiste porque quisiste

Aunque te hagas el que no.

Mucho sol es demasiado

En tiempo y en espacio.

Si vienes acá a decirme que sea feliz y que la puta de la que naciste,

Por mí puedes irte andando a la mierda en este instante.

Mucho sol es decir que mañana habrá sol

Y pedirme que sonría cuando es demasiado temprano para hacerlo.

Y qué más da si estoy en la playa disfrutando de uno

De-los-mejores-paisajes-que-se-han-visto-mi-hermano.

Anda caminando a la mierda que hoy no quiero oírte

Ni escuchar la música que oyes

Ni qué bueno era Marley o el Floyd.

Y qué más da si no doy y mucho menos le doy nada de regreso a la madre tierra.

Que me la chupe dos veces y luego se muera.

Recorridos que pasan de lo bonito a lo feo y de lo feo a lo más o menos

Y que ahí se quedan llamándose vida.

Vienes a mí diciéndome que todo está bien o que mejorará

Y, amigo mío,

No es que no te crea pero, ¿quién cree en ti?

¿Eres Dios, mi hermano?

Prende con tu lengua mi último cigarro

Y vete por donde viniste porque hoy no estoy para nadie

Y nada es tu nombre, carnal.

“Hay que cambiar ciertas cosas”, dicen y el cambio

es una puta de cuarenta años con el maquillaje corrido.

Le preguntas a la que te lee la fortuna si es que habrá

Y ella te dice que sí pero que depende de ti

Y dices “qué hueva”.

Pero ahí vas mañana, disfrutando de la carretera y del viento

Y del playlist que creaste para la ocasión.

Y le dices a la que te acompaña

Que la fortuna que te leyeron era ella

Y little miss sunshine chispea con los ojos y entonces aceleras al Jeep

Y el sol pega y acabamos con un flare que corta a:

“Maneje con cuidado, maneje con amor”.

Corte a ti cogiendo como product shot.

¿Y dónde está el miedo a morir?

¿Lo recuerdas?

Lo has tenido casi toda tu vida,

Ay caray,

Es más,

Lo tuviste antes de salir a carretera.

Que muera en sus piernas, piensas.

Y embates con fuerza entre ella

Mientras unas tristes cortinas de hotel de Playa del Carmen,

Azules y con flores piensan:

Mira nada más.

Y amaneces triste y no sabes por qué.

Y entonces empinas el codo

Y te metes a la alberca y te echas el pelo mojado hacia atrás y ahí

Te golpean:

Pum.

Pum, pum, pum.

Seguirás con tu vida, amigo mío, no pasa nada.

No pasa nada.

No pasará nada, no te me angusties.

Mucho sol es mucho sol, piensas.

Te levantas del camastro y huyes a la habitación.

Ella se queda en la alberca pensando o lo que sea.

Cierras las cortinas y quieres dormir.

Y ese será el único deseo que volverás a tener.

Grande será aquel que se levante sobre las ruinas de las sombras.

Don Señor Emperador:

Disculpe usted la insolencia de dirigirme a usted pero

Permítame decirle a usted, patrón,

Que es un idiota.

Llámeme un insolente pero descubrí (no pregunte cómo)

Que los resultados de su examen de inteligencia dieron

Un dos.

Así, estimado jefe y dueño de mi futuro:

Su IQ es inferior al de

Una marmota con sólo una oreja.

Déjeme decirle, estimado señor,

Que no pasa nada.

Su secreto estará bien guardado hasta lo más profundo de su sur hasta el día en

Que muera y no, no morirá solo.

Morirá acompañado, discúlpeme que se lo diga,

De sus más profundos remordimientos que,

No se preocupe, por el amor de dios,

No serán nada comparados con la futilidad que ocupará sus últimos días.

Sí.

Déjeme comunicarle, si me lo permite, oh gran Vesubio,

Que usted morirá bastante gris,

Ni fu ni fa.

Ni arriba ni abajo.

Ni rojo ni blanco.

Morirá y pasará y, oh, lo siento mi Señor,

Alguien más ocupará su lugar, es más,

Me retiro porque ya ha llegado.

Por algún momento suyo:

Yo.

Todos juntos cantemos:

“Take me down to the paradise city”.

Sube esa caguama y canta con todas tus fuerzas que, créeme, nadie te va a oír.

Ponte tus botas de batalla y esa camiseta que conseguiste después del

Concierto.

Te moriste hace algunos años y el problema es que no lo sabes.

Estaba bien cuando pensabas que la profundidad existía

En los guitarrazos y los golpes a la nariz de la batería.

Pero, siento decirlo, eso ya se acabó.

Y ahora tienes que sobrevivir a tu vida y

A esa chava sabrosa que embarazaste y ahora es tu mujer.

Perdón, tu esposa.

¿Qué vas a hacer?

Puedes escuchar todos los discos de metal que quieras

Pero ni la portada de disco más sangrienta cambiará lo que tienes que hacer ahorita:

Cambiar la portada por ese pañal cagado y verde que atormentará tus sueños

Y le devolverá la razón a tus padres.

Lo siento:

Sí.

Ellos ganaron.

Y entonces estoy yo.

Que nací entre amor y acabé entre discusiones.

Que también se fue a la mierda, no te preocupes.

Mi punto es que mucho sol es mucho sol.

Y a mí también me duele estar demasiado tiempo a la luz

Y necesito sombra.

Pero hoy amanecí oscuro y así se va a quedar hasta marzo del próximo.

Nadie va a querer pagar la luz, ¿o tú sí?

Baja la cabeza hasta tu teléfono celular o a tu computadora y quédate sin nada qué escribir.

Porque el mundo ya se acabó.

Ese mundo que conocías se quedó manco y listo para recibir tus diez pesos para el teletón.

Tu vida merece la caridad de los más ricos.

Pero por más que la esperes no llegará, amigo mío.

Se acabó.

Ya están pasando infomerciales en el canal dos de tu vida.

Puaj.

Sí, lo sé.

Jipis y Yipis y Tuíters y humanos bajen sus cabezas que llegó el momento de callar.

Y esperar.

A que llegue aquél que temieron desde niños

Y que levante la mano y los ponga en silencio.

………..

Aquí estoy yo, sin embargo.

En triple perdición por una vida que no fue y que no será.

(Hay que aceptarlo).

Pero siento y eso es lo que importa.

¿A quién? No importa.

Seré por siempre el bufón

Que dice pero esconde entre bromas

Que dicen pero no.

Un beso a mí, a ti y a la puta de tu madre.

Pum, pum.

¿Cómo lo oyes?

Pum, pum.

Y pum, pum y se acabó.

Agustín Vélez.

Ciudad de México.

Noviembre del dos mil nueve.

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