sábado, 5 de junio de 2010

Ouroboros.

Ouroboros.

Guión literario.

Por Agustín Vélez.

1. INT. HABITACIÓN. MADRUGADA.

Un cuarto oscuro. Al fondo, la única ventana en la habitación deja pasar la luz de la madrugada. Se escuchan algunos autos transitando por la calle. Las cortinas se mueven levemente con el viento. Un auto que pasa alumbra lo suficiente como para enseñar la sombra de una pareja abrazada frente a la ventana.

2. INSERTO.

Sobre pantalla negra aparece, letra por letra precedida por un cursor de computadora, el título del cortometraje.

Ouroboros.

3. INT. HABITACIÓN. NOCHE.

Una habitación arreglada impecablemente. Una gran lámpara que pende del techo, ilumina la cama perfectamente bien tendida y habitada por numerosos muñecos de peluche, el tocador de madera repleto de artículos femeninos, el espejo, la alfombra, la bicicleta estática, el clóset de madera y un pequeño buró al lado de la cama, que sostiene además de un cenicero limpio y una botella de agua, un portarretratos con la foto de ÁNGELA y AGUSTÍN en traje de baño, ella con un cuerpo magnífico y bronceado, él flaco, barbón y pálido. Al fondo una alberca y parte de una casa que podría estar en Cuernavaca. Ella sonríe orgullosa, él luce ausente, como si quisiera estar en otro lado.

4. INSERTO.

Sobre pantalla negra aparece, letra por letra precedida de un cursor de computadora, el siguiente súper.

SÚPER:

Luz.

5. INT. HABITACIÓN. NOCHE.

Es de noche. La habitación iluminada por la gran lámpara. Sobre la cama perfectamente arreglada, repentinamente cae del techo AGUSTÍN, veinte años, jeans viejos, camisa azul clara, descalzo. Barba de dos semanas, cabello negro y desordenado, ojos negros perdidos en la nada. Luce preocupado. Frente a él se encuentra ÁNGELA, hermosa, rubia, cabello largo suelto, ojos enormes, facciones finas, cuerpo pequeño, compacto. Recorre nerviosa la habitación, dando pasos breves y simpáticos. Lleva una prueba de embarazo en las manos.

AGUSTÍN:

¿Estás embarazada?

ÁNGELA

(Tomando del tocador la caja de la prueba, para después leer el reverso):

En cinco minutos más.

Agustín saca de la bolsa de su camisa una cajetilla de Camel y un encendedor. Extrae un cigarro, trata de encenderlo pero su encendedor ya no tiene gas. Está más nervioso que nunca. Guarda el cigarro en la cajetilla y ésta a su vez en la bolsa de su camisa.

Ángela:

No es el fin del mundo, Agustín.

6. INT. HABITACIÓN. NOCHE.

Una tremenda explosión hace temblar la habitación, se escuchan rechinidos de llantas de autos, choques, gritos de mujeres, niños llorando, más explosiones. Por la ventana se alcanzan a ver nubes de humo y fuego.

PERSONA POR LA VENTANA

(OFF):

¡Es el fin del mundo!

AGUSTÍN y ÁNGELA se miran a la cara horrorizados. AGUSTÍN se levanta con un salto de la cama y comienza a correr por la habitación. ÁNGELA, de pie, no se mueve, tratando de averiguar cómo reaccionar. AGUSTÍN se acerca corriendo a la ventana. Se escucha el galope de varios caballos.

AGUSTÍN:

¡Se acabó!

ÁNGELA estática. Su rostro luce impasible.

AGUSTÍN:

¡Ángela, por Dios!

7. INT. HABITACIÓN. NOCHE.

El rostro de ÁNGELA luce sereno. Incluso sonríe levemente hacia AGUSTÍN quien sigue sentado en la cama con las manos sobre el rostro. ÁNGELA deja la prueba de embarazo sobre el tocador y se acerca a AGUSTÍN. Le acaricia el cabello.

AGUSTÍN:

Es demasiado. No voy a poder.

ÁNGELA:

Sí podemos.

AGUSTÍN:

No.

ÁNGELA se aleja de Agustín, enojada. Se para frente a él.

ÁNGELA:

Bueno, yo puedo sola.

AGUSTÍN:

Claro.

ÁNGELA:

Con una mano en la cintura.

AGUSTÍN:

¿Sí?

8. INT. HABITACIÓN. NOCHE.

ÁNGELA llorando, con el rostro desencajado. Lleva una mano, que no es ninguna de las suyas, agarrada a su cintura y muestra una panza de siete meses de embarazo. Voltea hacia todos lados, en busca de AGUSTÍN.

ÁNGELA:

¡Agustín! ¡Agustín!

AGUSTÍN no está en la habitación. ÁNGELA lo busca incluso debajo de la cama. Llora desesperada.

ÁNGELA:

¡Agustín! ¿Dónde carajos estás?

ÁNGELA, desesperada, corre hacia la ventana y se arroja por ella.

9. INT. HABITACIÓN. NOCHE.

ÁNGELA, parada frente a AGUSTÍN, ya no luce tan segura.

ÁNGELA:

Claro que puedo.

AGUSTÍN:

Me imagino.

ÁNGELA se acerca al tocador y toma la prueba de embarazo. AGUSTÍN la mira expectante.

ÁNGELA:

Dime tú, yo no quiero.

AGUSTÍN:

No estés jugando, Ángela.

ÁNGELA:

Entonces la tiro.

ÁNGELA amaga con tirar la prueba por la ventana. AGUSTÍN se levanta de un salto hacia ÁNGELA intentando detenerla.

AGUSTÍN:

Está bien, dámela.

ÁNGELA tiende la prueba a AGUSTÍN. Éste la toma nervioso, temblando. ÁNGELA lo mira expectante. ÁGUSTÍN baja la vista poco a poco.

11. INSERTO.

Sobre pantalla negra, va apareciendo letra por letra precedida de un cursor de computadora, el siguiente súper:

SÚPER:

Oscuridad.

Tal como apareció, el súper se borra para dar paso a otro:

SÚPER:

Apagón.

12. INT. HABITACIÓN. NOCHE.

AGUSTÍN baja poco a poco la vista hacia la prueba de embarazo que sostiene en su mano derecha. ÁNGELA sigue su mirada. Repentinamente, se escucha un ligero tronido y la luz se extingue de golpe.

ÁNGELA:

Se fue la luz.

AGUSTÍN:

Puta madre, ¿en serio?

ÁNGELA:

No, yo la apagué.

AGUSTÍN:

Ángela, por favor.

ÁNGELA:

¿Qué? Ahorita regresa.

AGUSTÍN:

Te oyes tan tranquila.

ÁNGELA:

No lo estoy, me muero de miedo.

AGUSTÍN:

Yo también.

ÁNGELA:

¿Qué vamos hacer?

AGUSTÍN:

Cualquier cosa menos tener ese bebé.

ÁNGELA:

Eres un idiota.

AGUSTÍN:

Con más razón. Ese bebé no se merece un padre idiota.

ÁNGELA:

Tampoco merece morir.

AGUSTÍN:

Si no nace no tiene por qué morir.

Se escucha el ruido de un objeto chocando contra el piso.

ÁNGELA:

¿Qué fue eso?

AGUSTÍN:

Se me cayó la prueba.

ÁNGELA:

Pendejo.

AGUSTÍN:

Pendeja tú si la pisas.

Se escucha que ÁNGELA comienza a llorar.

AGUSTÍN:

No empieces, preciosa, no pasa nada.

ÁNGELA:

Tú no eres el que va a cargar con eso nueve meses.

AGUSTÍN:

Pues no.

ÁNGELA:

Pues no. ¿Y dónde está la puta luz?

De golpe, la luz regresa. ÁNGELA y AGUSTÍN se miran a los ojos, confundidos. Lentamente bajan su mirada hacia la prueba de embarazo que yace sobre el piso. Ésta parece mirar sus rostros asustados, viéndola fijamente, esperando el resultado final.

13. INSERTO.

Sobre pantalla negra, aparece letra por letra precedido de un cursor de computadora, el siguiente súper:

SÚPER:

El esperado final que busca sorprender a todos.

14. INT. HABITACIÓN. NOCHE.

ÁNGELA y AGUSTÍN sentados sobre la cama perfectamente bien tendida. Los dos tienen los ojos cerrados. AGUSTÍN tiene en sus manos la prueba de embarazo.

AGUSTÍN.

Si es positiva voy a demandar a Trojan.

ÁNGELA:

Nos caería bien el dinero.

La pareja abre lentamente los ojos. Frente a ellos, la prueba les dice con un signo de menos marcado sobre una pantalla de tela blanca, que el resultado es negativo. Los dos se voltean a ver con una sonrisa en el rostro. No lo pueden creer. Sin embargo, en un segundo, la prueba cambia totalmente para mostrar un signo de más. El resultado es positivo. La pareja se mira incrédula. No saben qué pasa. Y menos cuando observan con sorpresa que la prueba cambia de nuevo a negativo. Es demasiado. Es demasiado cuando los dos observan con pavor que la prueba de nueva cuenta, cambia a positivo.

ÁNGELA Y AGUSTÍN:

¿Qué carajos es esto?

15. EXT. AUTOMÓVIL. DÍA.

ANTONIO, un joven de veintitrés años, conduce su automóvil mientras habla por su celular. Sobre sus piernas lleva un montón de hojas. Luce bastante enojado.

ANTONIO:

¿Qué carajos es esto? ¡El final de tu cortometraje es una mierda!

ANTONIO suelta el volante y con la mano que le queda libre arroja el montón de hojas por la ventana.

ANTONIO:

¡No pienso dirigir esta pendejada!

16. INT. HABITACIÓN DE AGUSTÍN. DÍA.

AGUSTÍN, sentado frente a una computadora con un teléfono inalámbrico junto a su rostro. Viste jeans gastados, camisa azul claro, el cabello desordenado y barba de dos semanas. Descalzo.

AGUSTÍN:

Cálmate, Toñito, no sabía cómo acabarlo.

16-a. EXT. AUTOMÓVIL. DÍA.

Corte para ver a ANTONIO manejando su automóvil a alta velocidad.

ANTONIO:

¡Hijo de puta! ¡El corto está lleno de mamadas! ¡El fin del mundo, el suicidio! ¿Y qué chingados significa Ouroboros?

16-B. INT. HABITACIÓN DE AGUSTÍN. DÍA.

Corte para ver a AGUSTÍN frente a su computadora al teléfono.

AGUSTÍN:

Ve “El ladrón de orquídeas” de Charlie Kauffman. Ese sí que es un buen guión.

16-c. EXT. AUTOMÓVIL. DÍA.

ANTONIO rebasando con su auto a gran velocidad a otros automóviles.

ANTONIO:

¡Ya la vi y me cagó! ¡Me prometiste un buen final!

16-d. INT. HABITACIÓN DE AGUSTÍN. DÍA.

AGUSTÍN levantándose de la silla frente a su computadora con el teléfono sobre su rostro.

AGUSTÍN:

No te preocupes, Toñito. La historia tiene un buen final, un final feliz.

AGUSTÍN aprieta un botón del teléfono para terminar la llamada con ANTONIO. Camina lentamente y sale de su habitación. Entra a otra donde se encuentra ÁNGELA, frente a una ventana, cargando en sus brazos a un bebé recién nacido. AGUSTÍN se acerca a ella, la abraza por la espalda.

ÁNGELA:

Ya se durmió.

ÁNGELA lleva al bebé a una cuna y lo acuesta. Regresa con AGUSTÍN. Éste la abraza por los hombros. La pareja observa por la ventana hacia el infinito.

AGUSTÍN:

Quedémonos aquí hasta la madrugada.

ÁNGELA asiente con la cabeza. Junta su cuerpo al de AGUSTÍN mientras por la ventana, el día transcurre en cámara rápida hasta que llega la madrugada.

FIN.

¿Vienes conmigo?

¿Vienes conmigo?

Pregunta deseosa de estar

a mi lado,

la reina de las madrugadas tristes.

No le contesto

Tratando de contestarle

Con la mirada.

Observo sus cejas que se alzan

Presagiando,

La llegada de una nueva

Lluvia de roces

Y lengüetazos furtivos.

¿Vienes?

Pregunta de nuevo.

Se acomoda en la cama,

Que no es otra cosa,

Más que un colchón aderezado

Por sarapes de origen ancestral.

Decido acercar mis adentros hacia ella.

Me muevo con dificultad a través

De la espesa capa de miedo

Que reposa tranquila en la habitación.

Repito su nombre en la mente

Intentando aterrizar el avión

Que mi memoria ha lanzado al espacio tiempo atrás.

Me recibe con los brazos bien calientes

Una vez que ha trepado torpemente

Sobre el nicho ahora sagrado.

Culpo a la vida,

A la tierra,

A mi madre y

A dios,

Por haberme abandonado en este sitio

Donde la felicidad olvida que

Debe despertar de ese coma eterno y

Observar el techo frío y gris

Que es este cielo.

Intento llorar y no puedo.

Intento besarla y al verme indefenso,

Sube su pierna izquierda sobre mi cuerpo.

Me enpierna.

El sudor es ahora

Tan sólo un sueño que se repite

Y que nunca termina.

A ella no le interesa,

Saber si estoy

Listo o no.

No desea otra cosa

Más que mi corazón podrido

Y

Mi semilla dentro de su vientre.

Siento su sexo moverse

Y restregarse contra mi muslo.

La escucho subir por

Mi cuerpo inerte

E indefenso que apenas palpita.

No encuentro otra opción

Sino buscarme dentro de

Su jardín soleado.

Descansaré dentro de ella.

Le daré mis últimos respiros y

Crearé,

Como si fuera barro húmedo,

Una vasija que contenga mis dolores

Y mis fobias.

Encontraré dentro de ella

La mitad que creo

Me corresponde.

Llegaré a ese lugar donde la vida

No raspe

Tanto.

Moriré dentro de ella.

Veré el último fulgor

De mi mente,

De mi alma podrida,

Reflejado en sus ojos.

Ella ahora observa el techo.

Me recibe como cualquier otro día.

Como un caballo que espera la

Montada de su jinete,

Cada vez que el gallo canta.

Agustín Vélez

Muerte en la Bahía.

El cielo espera tu llegada.

Los edificios, las torres, los castillos y las estatuas,

Aguardan expectantes tu alzamiento infinito.

Las calles abren las piernas y la oscuridad entra aceitada,

Sin gota de sangre,

Perfecta.

Tus signos y tus animales

Se muerden la conciencia.

Entreabres los ojos,

Siempre tan inocentemente cerrados.

El mar protesta,

Arroja sus aguas

Contra la bahía.

(Los soldados comunitarios han entrado en Lisboa,

dan pasos inertes,

casi invisibles.

Los puños cerrados,

Las manos vacías,

Vacías de poder).

El infierno sabe de tu próximo arribo.

Tus turistas, tus putas,

Tu congreso y tus reyes muertos.

Tus meseros malencarados,

Tus camiones hediondos.

Tu vista preciosa, tu sentido humano.

Todo el paquete cobrado en Euros.

(Las ciudades no escogen al pueblo

que las habita,

y aunque el pueblo luche por ellas,

las ciudades son las que dan la cara,

al final).

La comunidad te absorbe,

Chupa tu bohemia realeza.

Morirás y caerás sobre

Los otros cadáveres.

!Detengan las campanas,

Portugal ha muerto!

!Que callen a los pájaros,

maten a las palomas!

!Que los barcos se hundan,

que las estatuas exploten!

!Resistencia!

!Libertad!

!Autonomía!

Bah.

Todos han muerto, asesinados.

Las palabras transparentes, apuñaladas.

Cielos cerrados.

!Portugal ha muerto!

!Lisboa le llora!

Ríos inexistentes,

De cálidas aguas,

Se escuchan venir.

Agustín Vélez,

Lisboa.

Junio, 2002.